El término partner va mucho más allá de lo que es únicamente el proveedor o suministrador de soluciones y productos. Un partner es un compañero de viaje, que se implica y entiende al cliente, busca el progreso y el crecimiento a largo plazo.
Por ello, a la hora de analizar un EMS, las empresas no sólo buscan alguien que provea soluciones tecnológicas de forma puntual, sino que proporcione experiencia, respaldo y capacidad para acompañar en el desarrollo de las actividades, aportando ideas y opciones de mejora.
Según distintas teorías, algunos de los principales elementos para seleccionar un partner son los siguientes:
1. Experiencia
Elegir partners competentes, con experiencia real y probada en el sector. Aunque cada cliente tiene unas características propias, la experiencia adquirida con anterioridad por parte del partner aportará una visión amplia, facilitará la búsqueda de mejoras y soluciones.
2. Confianza
Cualquier relación debe tener un enfoque a largo plazo y esta perspectiva debe compartirla el socio tecnológico, siendo conscientes de que en ese camino juntos habrá rectas y curvas, descensos y éxitos, siempre en búsqueda de un objetivo común demostrando apoyo, constancia y fidelidad.
3. Capacidad y fortaleza
El partner tecnológico debe ser fuerte, capaz de aplicar soluciones prácticas adaptadas a las necesidades del cliente. Dichas necesidades pueden variar dependiendo de la situación del momento y pueden ser de diversa índole ya estén relacionadas con medios productivos, gestión de materia prima, financieras o de diseño.
4. Innovación
La tecnología evoluciona de manera vertiginosa por lo que contar con un socio con capacidad de adaptación al entorno y dispuesto a aplicar nuevas soluciones para los productos permite una mejor resolución de incidencias y optimización de procesos y productos.
Algunas de estas aptitudes no son fáciles de encontrar en las empresas hoy en día, de ahí que elegir un buen partner sea un proceso estratégico en muchos casos.